Jabones naturales artesanos

 

El propósito de los jabones artesanos es recuperar las recetas basadas en productos naturales que a lo largo de los años han demostrado su eficacia e inocuidad, ofreciendo una alternativa a la cosmética convencional que no tiene en cuenta la salud de las personas y el medio ambiente.

Debemos concienciarnos sobre el uso de la cosmética natural, conocer sus ingredientes y sus propiedades, ser capaces de producir por nosotros mismos la mayoría de los ingredientes que usamos y, aquellos que tengamos que adquirir fuera, pedirlo a pequeños agricultores, que trabajan de forma ecológica.

 

¿Qué es el jabón?

El jabón es básicamente una sal, el resultado que se obtiene de la reacción química de un álcali (sosa o potasa) y un ácido graso. Esta reacción se llama saponificación. El jabón tiene un tiempo de saponificación aproximado de un mes, y es a partir de este momento cuando queda libre de agentes químicos y podemos comenzar a usarlo. El jabón, además de tener efectos terapéuticos y ser esencial para nuestra higiene, también se utiliza para la agricultura biológica. Es un buen remedio contra las plagas y nos evita utilizar productos fitosanitarios que acaban contaminando nuestras aguas. Así que debemos considerar seriamente en recuperar el uso de estas técnicas, tanto para nuestro uso personal como para el servicio que le debemos a la naturaleza.

 

¿Qué es el hidróxido de sodio ?

NaOH es la sosa cáustica. Es un sólido blanco, translúcido e higroscópico (fenómeno por el que algunas sustancias absorben la humedad del aire y se disuelven en ella) soluble en agua. El hidróxido de sodio se fabricaba antiguamente tratando carbonato sódico con sal, pero su fuente principal actualmente es la electrólisis de salmueras. Las disoluciones de hidróxido de sodio son muy corrosivas para los tejidos y particularmente peligrosas para los ojos (utilizaremos sosa en perlas).

 

¿Cómo se crea el jabón ?

El jabón se produce gracias a la reacción química de dos componentes. Esta reacción, como hemos comentado anteriormente, se llama saponificación.

Los componentes son los triglicéridos y el alcalino.
Los triglicéridos son las moléculas de las que están compuestos los aceites o grasas, animales o vegetales. Hay muchos tipos de triglicéridos, dependiendo de la longitud de la cadena de carbonos y de la cantidad de enlaces simples, doble o triple que hay en esta cadena.
 El alcalino es la molécula que liberará los iones que reaccionan con las cadenas de los triglicéridos para formar el jabón. Dos alcalinos son los más comunes: la sosa cáustica (NaOH) que libera el ion sodio (Na+), y la Potasa cáustica (KOH), que libera el ión potasio (K+).

La reacción de saponificación se traduce en un ión del alcalino (Na+) que provoca la separación de los ácidos grasos unidos al glicerol. De esta manera, los ácidos grasos libres recién creados se unen al sodio, formando la molécula del jabón.

 

Indice de saponificación

El índice de saponificación es la cantidad en miligramos de álcali, específicamente de hidróxido de sodio o potasa, que se necesita para saponificar un gramo de determinado aceite o grasa. Habitualmente se utiliza el hidróxido de sodio en la fabricación de jabones.

Este índice de saponificación varía para cada grasa o aceite en particular.

 

 

Tabla de saponificación CienAromas

0,134 Aceite de oliva

0,190 Aceite de coco

0,134 Aceite de girasol

0,128 Aceite de ricino

0,136 Aceite de almendras

0,133 Aceite de aguacate

0,135 Aceite de soja

0,136 Aceite de maíz

0,133 Aceite de sésamo

0,069 Aceite de jojoba

0,156 Aceite de palmiste

0,132 Aceite de germen de trigo

0,069 Cera de abeja

0,137 Manteca de cacao

0,128 Manteca de karité

0,138 Aceite de pistacho

0,139 Aceite de nuez de macadamia

0,074 Lanonina

0,137 Aceite de cáñamo

0,135 Aceite de semillas de lino

0,138 Aceite de semillas de algodón

0,140 Manteca de cerdo

0,136 Aceite de nuez de Brasil

0,135 Aceite de semilla de albaricoque

Estas tablas registran cual es el índice de saponificación adecuado. Si añadimos más alcalino, tendremos un jabón más corrosivo. Si añadimos menos, el jabón será más suave, es decir, menos abrasivo. Para la preparación del jabón, seguiremos los siguientes pasos:

– Calculamos en gramos los aceites que vamos a utilizar.

– Pesamos cada uno por separado.

– Multiplicamos cada aceite por su valor SAP, que es su valor de saponificación.

– Sumamos estas cantidades y obtendremos la cantidad de sosa que debemos usar.

Supongamos que queremos saponificar con sosa 400 gramos de aceite de coco. Para saber la cantidad de sosa que necesitamos, multiplicamos la cantidad de aceite por el coeficiente del aceite de coco, que es 0.190, y nos resulta:

400 x 0.190 = 76 gramos de sosa.

Cuando queremos utilizar potasa, el valor que resulta para la sosa se debe multiplicar por 1.4.

En el caso anterior, saponificando con potasa en lugar de sosa, necesitaríamos:

400 x 0.190 x 1.4 = 106.4 gramos de potasa.